He vivido en busca de una visión, tanto personal como social. Personal: cuidar lo que es noble, lo que es bello, lo que es amable; y Social: ver en la imaginación a la sociedad que debe ser creada, donde los individuos crecen libremente, y donde el odio y la codicia y la envidia mueren porque no hay nada que los sustente. Estas cosas, y el mundo, con todos sus horrores, son las que me han dado fortaleza.


Bertrand Russell, Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños.

viernes, 30 de mayo de 2008

Keynes y Hayec

En el despuntar de los años cuarenta coincidieron en el Kings College de Londres los dos principales economistas del siglo XX: John Maynard Keynes, un gentleman londinense que defendía la planificación económica desde el Estado, y Friedrich August von Hayek, un exiliado austriaco partidario de la libertad de los mercados.
Amigos personales, pero rivales intelectuales, mantuvieron un enfrentamiento de ideas que ha condicionado la vida de las personas y la política de las naciones hasta nuestros días.
Sus planteamientos ideológicos son los que hoy día están en el fondo del enfrentamiento entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, partidario de convertir al sector público en el motor del crecimiento económico para superar la crisis, y el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, que defiende que son las empresas (libre mercado) quienes tienen que poner las bases para recuperar la prosperidad que ha tenido la economía española en los últimos catorce años.
Esta diferencia de planteamientos ideológicos es lo que al presidente del Gobierno le ha llevado a formular la tesis de que hay una salida de izquierdas a la crisis económica, que es la que él defiende desde postulados socialistas, y una salida de derechas, la que defiende el PP desde postulados mercantilistas.
Lo cierto es que los planteamientos que hacen Zapatero y Rajoy no son tan claros y coherentes como los que en su día mantuvieron Keynes y Hayek.
El presidente del Gobierno español está muy influenciado por políticos socialdemócratas muy templados como es su vicepresidente segundo, Pedro Solbes, y sobre todo el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que defienden la ortodoxia económica y tratan por todos los medios de evitar que la política gubernamental se deslice por la peligrosa pendiente del intervencionismo estatal.
Por su parte, el líder de la oposición también está muy templado por los planteamientos de su portavoz económico, Cristóbal Montoro, que aunque defiende propuestas liberales y de libre mercado, evita verbalizar un discurso mercantilista por miedo al rechazo que pueda tener en amplias capas populares.
Keynes y Hayek, al igual que Zapatero y Rajoy, defienden el mismo objetivo. Evitar que la crisis se convierta en una recesión económica que acabe dañando el sistema democrático. Es decir, encontrar la mejor ecuación entre libertad y prosperidad, aunque los caminos que postulan son radicalmente distintos.

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